El día 15 de mayo la Radio Suecia, transmitió una crónica realizada por Lotten Collin, quien es corresponsal para latinoamerica. La crónica despertó muchas críticas en la comunidad de mujeres latinoamericana residente en el país nórdico.
Por Sofia Sanchez
La crónica "Primero madre, después mujer, después humana" de la corresponsal Collin ha levantado muchas reacciones negativas.. Un grupo de mujeres latinoamericanas se organizaron a traves de un grupo creado en Facebook para darle respuesta a la crónica. Cincuenta mujeres han firmado el escrito el cual ha sido enviado a diferentes medios de comunicación para que esta sea publicada y dejar bien marcado que las mujeres latinoamericanas son mujeres de lucha histórica. y que hacen oir su voz en el campo, la ciudad y en la calles exigiendo respeto y reinvindicaciones.
Son muchas mujeres en Latinoamerica que han muerto defendiendo sus derechos y luchando en contra de las dictaduras en latinoamerica. Por ejemplo en Nicaragua las mujeres campesinas del Cuá apoyarón y estuvieron en la carcel por luchar contra la dictadura de 50 años de la familia Somoza. Hoy estas mismas mujeres siguen defendiendo sus derechos como mujeres y la lucha en Nicaragua es fuerte por obtener sus reinvindicaciones en la sociedad y ser participe de los cambios políticos y sociales.
Las mujeres latinaomericanas siguen luchando por el derecho a la tierra, por educación a sus hijos, por la salud, exigiendo respeto, un espacio en la sociedad y por su libertad como mujeres. No es cierto que las mujeres latinoamericanas han tomado el camino del útero para ser escuchadas.
Dos mujeres campesinas y luchadoras del Cuá
Aqui les dejo la la nota escrita y enviada a Radio Sueciapor parte de las mujeres latinoamericanas en Suecia.
Foto del Grupo de Mujeres Latinoamerinas
El vienes 15 de mayo
escuchamos con consternación la nota de la corresponsal de Radio
Suecia, Lotte Collin, en relación al ”Día de la Madre”. En el
mismo, pretende dar muestras de entender a ”la mujer
latinoamericana”, pero lo hace en términos muy generales.
De manera colonialista se arroga Collin
a priori una interpretación de cómo son y piensan las ”mujeres
latinoamericanas”, afirmando que ”… en América Latina las
mujeres siempre han tomado el camino del útero para hacer oír su
voz. Es a partir de allí, desde el útero, que el activismo por la
paz, la crítica a los gobiernos y la demanda de derechos humanos
toma impulso. Los ejemplos son muchos y exitosos. Las Madres de Plaza
de Mayo en Argentina, Mujeres por la Paz en Colombia se apoyan en su
calidad de mujeres madres y pacificas en contraste con la belicosa de
los hombres”.
Además de intentar reducir la lucha de
todo un continente, ella desconoce también la toma de conciencia y
de posición política detrás del compromiso de las mujeres
latinoamericanas en los últimos cinco siglos. Desconoce nuestras
antepasadas, las que dirigieron la lucha anticolonial en defensa de
territorios, como líderes de tropas de mujeres o mezcladas,
independientemente de que fueran madres o no. Desconoce
las mujeres de la selva tropical que con su resistencia a la invasión
dieron nombre a la Amazonia. Desconoce a líderes anticoloniales como
Bartolina Sisa, Micaela Bastidas, Juana Azurduy, Manuela Sanz,
Javiera Carrera y otras.
El desconocimiento histórico de
Collin hace que pierda de vista que las Madres de Plaza de Mayo y la
lucha de otras ”madres” en la región no trataban de glorificar
la maternidad sino de una lucha contra las dictaduras, por la
democracia y contra la impunidad. Pierde de vista que una parte de
las mujeres, madres o no, en su esfuerzo por recuperar la democracia,
también tomaron las armas al igual que lo hacen hoy las mujeres
kurdas en Kobane.
La corresponsal
hace invisible la lucha que en cada país se lleva adelante por el
derecho a decidir sobre el propio cuerpo sin la injerencia del Estado
o la Iglesia. Esta puede ser una brega por el derecho al aborto libre
o por el derecho a ser madres. Es decir contra las esterilizaciónes
forzadas racistas
practicada por el Estado peruano en la década de 1990. Ella pasa por
alto también que muchas Madres de Plaza de Mayo apoyan la lucha por
el derecho al aborto y que las Mujeres por la Paz en Colombia no
hablan en términos de ”hombres belicosos” sino que se expresan
en términos de estructuras. Por eso condenan el
patriarcado y el militarismo que utiliza la violencia sexualizada
como un acto de guerra.
Hubiéramos deseado que Collin, en el
Día de la Madre, hubiera visitado por ejemplo las mujeres en el
valle de Tambo en Perú, que por defender el agua recibieron de
regalo bombas de humo. O los territorios Mapuche
en Chile o Argentina? O las plantaciones de café en América
Central? Probablemente hubiera descubierto entonces que muchas
mujeres en América Latina, ya sean madres o no, durante el Día de
la Madre y al igual que cualquier día del año, estuvieron en las
barricadas defendiendo la vida! Viejas y jóvenes, sin hijos, con los
niños colgando en la espalda, embarazadas o no. A veces junto a sus
maridos y compañeros, a veces a pesar de los hombres, en defensa de
los derechos y justicia global.
Collin también parece perder de vista
algo más peligroso para las mujeres que la histeria de los regalos
en el Día de la Madre es hoy la invasión
neocolonial en la región. Invasión en la que Suecia también es
co-responsable a través del sobreconsumo a costa del desgaste y el
abuso de las personas y la Naturaleza. Que a veces se expresa en el
apoyo financiero a través de los fondos de pension AP. Se trata de
una invasión que priva del agua y de la tierra. La reportera olvida
incluso que, ”el café del Día de la Madre” que se servirá aquí
el 31 de mayo fue cultivado allí
por madres y no madres; que los regalos que se venden aquí están
producidos con materias primas saqueadas en América Latina y en
otras partes del mundo. Que también las rosas que
recibirán las madres fueron cultivadas por campesinas, madres o no,
que se desgastan en las plantaciones de flores que quitan terreno y
agua a la producción de alimentos como parte de un orden mundial injusto
Estas luchas se basan en la justicia y
la solidaridad. Por lo tanto, es totalmente
inaceptable que las luchas que llevaron y llevan a cabo las mujeres
en América Latina se reduzcan y hagan invisibles como hace Lotte
Collin. Estas personas y estas luchas exigen respeto!
Nosotras, las que firmamos esta carta,
somos mujeres que vivimos en Suecia y tenemos raíces en América
Latina. Hemos vivido allí por diferentes períodos y en Suecia
tenemos una visión amplia de cómo ha sido y es la lucha de la mujer
y feminista en América Latina. Por lo tanto,
creemos tener prioridad sobre estos temas. Tenemos en común nuestro
compromiso con la justicia global, por lo tanto, exigimos respeto!
Firman: 50 mujeres
con raíces en América Latina
Carmen
Blanco Valer
|
Juana
Eliana Gonzales I.
|
Marisol
Aliaga
|
Erika
Murga
|
Jeannette
Escanilla
|
Marta
Cuesta
|
Daniela
Duchens Harnisch
|
Amelia
Morey Strömberg
|
Ethel
Del Gaisso Schaa
|
Olinda
Mena
|
Mari
Eli Ahumada
|
Delsante
Margarita
|
Katerin
Mendez
|
Ana
Maria Sabio
|
Gladys
Gomez Lozano
|
Marcia
Godoy
|
Blanca-Lilia
Lozano
|
Cecilia
Balbotin
|
Soledad
Quintana
|
Zarah
Östman Pittaluga
|
Ruth
Samari Cartaya
|
Maria
Diana Starck
|
Marita
Rodriguez
|
Laura
Arévalo
|
Gilda
Cordova
|
Elizabeth
Orellana Bravo
|
Gladys
Aranibar
|
Claudia
Guzman
|
Beatriz
Piñeda
|
Veronica
Lagunas
|
Ebba
Elena Karlström
|
Alejandra
Morales
|
Marcela
Elofsson
|
Anairis
Sanchez
|
Mirtha
Veronica Castillo
|
Marjorie
A.Bascur
|
Katia
Ibarra
|
Vania
Ramirez
|
Milka
Saxlund
|
Dulce
Patricia Arafat
|
Julieta
Askergren
|
Patricia
Lagunas
|
Lorena
Delgado Varas
|
Maritza
Decebal-Cuza
|
Carmen
Escobar
|
Edith
Garcia
|
Andrea
Zimmermann Rojas
Elena
Gutiérrez Ros
|
Maria
Teresa Moreira
Isabel
Costa
Silvia
Leiva
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